Me llamó Leyver González, soy de Ecuador. Hace más de un año ya, tuve la gran oportunidad de poder conocer México, exactamente Querétaro, fuí en un voluntariado en el cual jamás pensé que llevarlo a cabo me dejaría tanta felicidad y alegría en mi corazón. Recuerdo que fue un Lunes 8 de febrero del 2021, el día exacto que llegué a Nens de Llum, llegué un poco tímido, pero tan pronto como entré por sus puertas, el cariño, amor y la bienvenida se sintió por doquier, conocí a Rosario la directora del centro, y no puedo decir que he conocido a alguien tan bondadosa con una calidad de ser humano extraordinaria como ella, fue ella quien me contó sobre el centro, sus funciones y yo simplemente quedé enamorado con el labor que ahí hacían. Conocí de a poco a todo el personal y cada uno de los niños, todos ellos me hicieron sentir en casa aún cuando estaba a miles de kilómetros de la mía. Estar entre todas esas sonrisas y abrazos, me hizo desear no querer irme nunca de ahí. Me encantaba la forma en como ayudé a traer un poquito más de alegría al centro, a los niños que cuidamos y protegimos como a nuestros propios hijos, dónde su sonrisa era nuestra verdadera paga. Jamás olvidaré las conversas y risas a la hora de comer y como Juanita (la mejor cocinera del mundo) siempre se preocupó por qué todos estemos bien llenita la barriguita, a ella un enorme abrazo. Aún con lágrimas en los ojos recuerdo mi último día en el centro, cuando las ganas de quedarme eran más fuertes que mis ganas de volver a mi país, cuando tuve que dejar mi oficina llega de colores y figuras, cuando tuve que hacerme a la idea de no poder volver a oír las voces de todos a cada momento. Y después de mucho tiempo las ansias de volver no han parado porque desde el día en que deje Nens de Llum una parte de mi corazón se quedó con ellos y conmigo traje inmensidad de recuerdos que siempre atesoraré en lo profundo de mi corazón y mente. Gracias por todo el cariño y amor que recibí de todos ustedes en Nens de Llum ❤️